8 mitos comunes sobre los tratamientos de conducto

Para muchas personas, una endodoncia puede provocar ansiedad y miedo. Las endodoncias tienen el estigma de ser procedimientos dolorosos y prolongados que pueden resultar bastante incómodos de soportar. En esta publicación, abordaremos algunos de los conceptos erróneos más comunes sobre las endodoncias para aliviar sus inquietudes.

 

Mito n.° 1: Los tratamientos de conducto duelen… ¿verdad?

Aproximadamente dos tercios de los estadounidenses citan el miedo al dolor como la principal preocupación relacionada con una endodoncia. Sin embargo, con las técnicas modernas de anestesia local (como la novocaína), las endodoncias son procedimientos en su mayoría indoloros, similares a lo que sentiría con un empaste dental. Además, los endodoncistas tienen experiencia en el tratamiento del dolor de muelas y, por lo general, pueden mitigar el dolor intenso con rapidez.

 

Mito n°2: No puedo hacerme un tratamiento de conducto cuando tengo una infección.

En realidad, cuando se siente dolor debido a una infección dental, es adecuado someterse a un tratamiento de conducto radicular. El tratamiento de conducto radicular suele aliviar el dolor que se siente debido a la infección dental. El tratamiento de conducto radicular es necesario cuando el daño al diente ha penetrado las capas externas del esmalte y la pulpa del diente (que incluye los nervios) se ha inflamado o infectado. Si no se trata, la infección solo empeorará.

 

Mito n° 3: Los tratamientos de conducto pueden enfermarle.

En Internet hay mucha información errónea que habla de cómo un tratamiento de conducto puede provocar enfermedades o facilitar la aparición de enfermedades en el futuro. Según la Asociación Estadounidense de Endodoncistas, esta afirmación se basa en un estudio de investigación de hace un siglo mal diseñado que ha sido desacreditado hace tiempo. No ha habido ninguna evidencia científica que vincule el tratamiento de conducto con el desarrollo de enfermedades en otras partes del cuerpo.

 

Mito n.° 4: Los tratamientos de conducto requieren múltiples citas prolongadas.

Con las técnicas modernas, la mayoría de los tratamientos de conductos se pueden realizar en una sola visita de 60 a 90 minutos. Si bien algunos tratamientos de conductos requieren dos citas, esto ocurre en casos específicos según el tipo y la gravedad de la infección presente. Para mejorar la eficiencia para los pacientes y minimizar la necesidad de múltiples visitas a diferentes consultorios, hemos incorporado un endodoncista a nuestro equipo.

 

Mito #5: Es mejor sacarse un diente que hacerse una endodoncia.

No es aconsejable simplemente extraer un diente infectado sin reemplazarlo con un implante porque los dientes restantes se moverán y su mordida podría verse afectada.

 

Siempre que sea posible, la mejor solución es salvar el diente natural. El tratamiento de conductos tiene una alta tasa de éxito y la mayoría dura toda la vida. La extracción y sustitución del diente natural por un implante (aunque es muy exitosa), normalmente requiere más tiempo, tratamiento, gastos y procedimientos adicionales.

 

Mito #6: Un tratamiento de conducto elimina las raíces del diente.

Cuando se realiza un tratamiento de conducto, el dentista eliminará el tejido infectado o inflamado dentro de la corona y dentro de las raíces, llamado pulpa, junto con el nervio del diente. Las raíces se dejan en su lugar. Debido a que anclan los dientes a la mandíbula, es importante dejar las raíces intactas.

 

Mito n°7: No necesito un tratamiento de conducto porque no tengo dolor de muelas.

Los dientes que necesitan endodoncia no siempre causan dolor. A veces, los dientes están infectados y el cuerpo ha creado formas de lidiar con el dolor. Su dentista o endodoncista puede detectar cuándo es necesario un tratamiento de endodoncia, ya sea antes de que los dientes comiencen a doler o cuando existe una infección crónica pero no dolorosa.

 

Mito #8: Una vez realizado el tratamiento de conducto, mi diente está arreglado.

El tratamiento de conducto radicular es solo la primera parte del proceso de devolverle la salud a su diente. Después de un tratamiento de conducto radicular, el diente recibe un empaste temporal. Una vez que el empaste temporal ha estado colocado durante dos o tres semanas, se necesita una restauración permanente. Podemos explicarle las alternativas para una restauración permanente después del tratamiento de conducto radicular. Si bien una corona es la solución más común, una incrustación de porcelana es una alternativa segura que preserva más de la estructura natural de su diente.

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¡Estamos especialmente interesados en hacer que todos nuestros pacientes se sientan como en casa! Ponemos en primer lugar sus necesidades para lograr un tratamiento eficiente y completo.

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